¿Es la rutina
imparable consecuencia,
deparada en el tiempo
del ejercicio
docente?
¿Cómo mantener
vivo el
entusiasmo
y el compromiso
en el acto formativo?
¿Es posible
combatir
a la temida rutina,
que se instala cómoda
en la acción educativa?
¿Se trata de
querer
o de asumir el deber,
de revisar y
ajustar
la convicción del hacer?
¿Se trata de
luchar
con el sitio de
confort,
y sobreponerse activo
para cumplir la misión?
¿Se necesita de
apoyo,
de reacción y reflexión,
de proponerse
decidido
a mantener la pasión?
En años y años
de la docencia
ejercer,
¿Cuál será el
secreto
para la rutina
vencer?
Nora Liliana Vásquez Pérez
Tal vez en alguna circunstancia de nuestra vida laboral como maestro o maestra nos hemos sentido abrumados por la rutina y es ella misma quien impide que nos sintamos realmente motivados en el día a día, pues la falta de dinamismo desarrolla poca iniciativa, aburrimiento, apatía y estrés frente al trabajo educativo.
ResponderEliminarUn constante y renovado compromiso de vida nos ayuda a tener siempre vivo el entusiasmo de llegar al aula cada día con el alma apasionada, con el cuerpo dispuesto y la cabeza situada en los intereses del medio; nuestra vida es el puente hacia la alegría, somos mecanismo de desarrollo de habilidades y competencias en un aula llena de deseo, de expectativas, de sorpresa, de imaginación, de infancia, cómo permitimos que nuestra vida laboral se llene de monotonía, de hacer por hacer, dejando a un lado la transformación, la importancia de lucir como maestro o como maestra.
“rescatar lo bueno y aplicar lo nuevo es sin duda compromiso, cuando el saber y la convicción lo señalan como pertinente camino” esforzarnos, proponer, tener nuevos desafíos, hacer uso de la acción creativa que tanto destaca a los maestros que aún no pierden la alegría de irse a la cama con nuevos retos educativos encaminados hacia la transformación no sólo de vidas “ajenas” sino de la suya propia.
¿Cuál será el secreto para vencer la rutina?, que sea entonces vivir la crisis del cambio, recrear el trabajo y generar interés, dedicarnos a proponer donde quiera que estemos, darle no solo uno sino muchos chances a la acción creativa, arriesgarnos al esfuerzo y disfrutar el dolor y lo más importante asegurar a la sociedad un buen futuro el cual está en este precioso momento en nuestras manos.
Convierte la rutina , en una ruta de plastilina
Moldéala con alegría, sin olvidar tu día a día.
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ResponderEliminarCada segundo, cada minuto, hora, día, semana mes y año que pasa parece ser que esa pasión que caracteriza a los y las maestras por el acto educativo desaparece, Pero ¿Por qué sucede esto? Será el tiempo? Será el estado? Será la rutina? Será que la pasión se extingue?
ResponderEliminarAun no hemos encontrado una respuesta a éste interrogante, pero de lo que si estamos seguros es de que cada día que pasa debemos fortalecer y despertar esa magia que nos pone una sonrisa en nuestros labios al ver el sol en la mañana y saber que muchas vidas están esperando por nosotros en un espacio de aprendizaje.
La clave para no perder de vista nuestra pasión es recordar cada día la razón por la cual elegimos ésta labor educativa, recordar cada día qué queremos lograr, y no solo a nivel personal, sino a nivel social con la educación, tener cada día presente nuestra sed de transformación, nuestra sed de que cada día construyamos una sociedad más justa, más equitativa y donde todos los seres humanos podamos disfrutar plenamente de nuestros derechos.
Ahora bien, nuestra más grande y ambiciosa meta debe ser dejar huella en cada alma que tocamos, en cada vida que pasa por nuestras manos.
Y que nuestra lucha más grande sea QUE NUESTRO AMOR Y NUESTRA PASIÓN POR LA LABOR EDUCATIVA SEA INTERMINABLE.
La dichosa rutina que en ocasiones invade todo nuestro existir no es algo sano para desempeñar una labor, puesto que el hecho de hacer lo mismo una y otra vez no resulta nada placentero sea la profesión que sea, ¿pero entonces, qué hacer para que esto deje de ser así? Pues la única manera de que esto no se dé es que nos tomemos unos minutos para reflexionar e implementar nuevas estrategias que hagan de cada día algo diferente, cosas que resulten del agrado no solo mío sino también para las personas que me rodean, regalar un poco de amor y creer que lo que se esta haciendo es lo mejor, hay que recordar que la labor docente necesita de un gran espíritu innovador el cual ayude a construir elementos importantes en los niños, pues somos uno de sus referentes mas importantes y por ende debemos mostrarles lo buena que es la vida y que siempre hay que hacer todo con pasión y con deseos de querer construir lo mejor para el y para quienes vendrán en un futuro próximo.
ResponderEliminarLa vida se vuelve una rutina si te levantas, comes, haces lo mismo todos los días de la misma forma y duermes, duermes para descasar y salirte un poco de la monotonía de la vida.
ResponderEliminarOlvidas darte unos minuros para ti mismo, no sacas un tiempo para divertirte o simplemente para cambiar de esquemas, de lugares, personas y encuentros.
Lo mismo sucede con los docentes que carecen de pasión, que olvidan su misión y dejan a un lado la importancia de soñar, fantasear y crear; un docente que cada año enseña lo mismo, de la misma forma a personas diferentes no está sometido al cambio, ignora el contexto y las necesidades e intereses de sus educandos y se encuentra reprimido en una labor inconclusa.
Labor llena de dudas e inquietudes no resueltas por la opresión que el mismo crea y genera en su entorno educativo.
Existen cantidad de problemas, dificultades que engloban la educación, pero cuando realmente hay dedicación, amor, pasión, compromiso, reflexión y entusiasmo podrán ser superados.
Así que…
Levántate cada mañana
Sueña que todo es posible
Revive tu infancia
Educa, forma y transforma
Y renuncia a la rutina esclavizante.
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ResponderEliminarLa rutina viene para acompañar nuestra labor docente cuando pensamos y actuamos siempre de una manera determinada, convirtiéndose poco a poco una costumbre irrevocable.
ResponderEliminarSe puede afirmar que, es necesario establecer rutinas para aprender disciplina y beneficiar nuestra propia vida y la de los estudiantes.
El problema de la rutina radica en que no reflexionamos sobre ella, repitiendo indefinidamente acciones que en un determinado momento fueron productivas pero que con el pasar el tiempo quizás no lo sean.
Considero que no está mal establecer rutinas para organizar varios aspectos de la vida cotidiana, pero se requiere reflexionar y decidir sobre ellas constantemente. Es necesario que como docentes estemos en permanente reflexión de nuestro que hacer, teniendo en cuenta que además de analizar y reflexionar debemos actuar sobre aquello que está mal o que hemos hecho siempre igual, teniendo en cuenta el contexto, las necesidades e intereses de los niños. Sólo así dejaremos de estar envueltas en rutinas que niegan la posibilidad de vivir nuevas experiencias, hacer descubrimientos, actualizar nuestro saber pedagógico y lo que es más importante aportar de manera significativa la formación nuestros niños y niñas.