Respetar a los niños
implica entre otros,
darle su tiempo
para el desarrollo.
Crearles un ambiente propicio,
saberlos estimular
y darles opción
de a su ritmo avanzar.
Se les suele atropellar
con acosos y afanes,
queriendo todo para ya
sin dejarlos madurar.
A cada uno llega el momento,
por el debido trayecto,
hay que saber esperar
la madurez por llegar.
En medio de las carreras,
de verlos llegar a la meta,
se pasa por encima de los niños,
y sin razón se atropellan.
Cada cosa a su tiempo,
el aprendizaje llega,
hay que concentrarse mejor
en favorecer la cuestión.
En proporcionar experiencias,
que les permitan crecer,
afianzando habilidades
y potenciando avances.
Nora Liliana Vásquez Pérez