Un saber a la vida conectado
urge que sea nuestro legado,
favorecer experiencias cotidianas,
que el conocimiento no sea complicado.
Que sea vivencial y cercano,
contextual y fluido ,
que pueda ser aplicado,
que cada cosa tenga sentido.
Saberes dinámicos,
debidamente articulados,
direccionados desde un curriculo
coherentemente planteado.
En el mundo de la información,
cobra importancia el mediador,
si sabe ser motivador,
un hábil provocador.
Un educador que contagie
pasión por el aprendizaje,
y que haga del estudiar
un muy destacado arte.
Que su disciplina enseñe
con pasión y con entrega,
y que en un ejercicio crítico ,
enseñe como es debido.
Nora Liliana Vásquez Pérez