Días de pocos estudiantes, grupo no
numerosos,
somos menos y hacemos más, para cada
uno hay lugar.
Tiempos de habla y
escucha que se pueden respetar.
los espacios se colman de sana tranquilidad.
contar con el espacio propio, contagia felicidad.
se da tan natural… hay
armonía, hay paz.
pulsaciones pausadas y
aprendizajes con calma.
ambientes escolares más humanos,
con mejores opciones.
De no atender al montón,
gestionando la congestión,
un ambiente escolar mentalmente
sano y motivador.
Nora Liliana Vásquez Pérez