domingo, 10 de agosto de 2014

MAESTRO HOY

Maestro que aprende,
que indaga,  problematiza
hace de  su hacer cotidiano
saber que se contextualiza .

Asume los cambios,
genera transformación,
haciendo lectura de
la nueva generación.

Se reta sin miedo
a desaprender
y acepta con apertura
otras formas de aprender.

Relaciona ayer y hoy
desde una postura crítica,
y plantea renovadas
estrategias formativas.

Ve su saber hacer
en constante evolución
no transmite, favorece
espacios de comprensión.

Maestro creador,
activo investigador
aprendiz apasionado
poderoso motivador.


Nora Liliana Vásquez Pérez


EDUCACIÓN 1 JUN 2014 - 9:00 PM

¿Tipo de maestro...tipo de estudiante?

El artículo reflexiona sobre la educación hoy, en un mundo tecnológico y computalizado: ¿Qué hacer? ¿Cómo educar a los niños ante los avances de la tecnología?
Por: Luz Stella Uricoechea
Con el transcurrir de los años, hemos encontrado una serie de reflexiones (y esta no es una excepción) alrededor de la tarea del maestro, que casualmente se desligan de lo que se puede llamar también el “qué hacer” del estudiante. Maestros y estudiantes estamos inmersos en los cambios del mundo, acentuados los últimos años: crecimiento de la pobreza, recrudecimiento de la violencia urbana y rural, impacto de la modernización de las comunicaciones, predominio del mercado en la industria cultural, con todas las implicaciones propias de la ética individual. Ante esta avalancha de situaciones, ambos, maestros y estudiantes, debemos asumir una postura activa, crítica y participante. La educación hoy no acepta espectadores.
La necesidad de dominios científicos, culturales y espirituales que permitan comprender y transformar el mundo que vivimos extiende sus tentáculos y toca a unos y otros; sumados a la parálisis ideológica, la crisis de la imaginación y la participación han generado un sistema que destruye los medios propios de la creatividad, provocando una sobredosis de información, acompañada de una ausencia del sentido de lo humano.
Por lo anterior, hablar de la adquisición de conocimientos y de actitudes flexibles, abiertas para el “saber hacer”, nos hace pensar que el énfasis se pone no tanto sobre los contenidos como en el estilo y las formas del cómo se conoce. Es, de alguna manera, ver el proceso de aprender y de enseñar con otros ojos, lo que significa replantear la relación de las personas con la información y el conocimiento; superar viejos modelos de formación y pedagogía limitados a disciplinas rígidas y aisladas e inoperantes para formar sujetos capaces de vivir en una evolución constante de su saber– hacer. Desarrollar actitudes flexibles implica desarrollar también la capacidad de aceptar que existen otras formas de ver el mundo, de aproximarse a la realidad para comprenderla y, por tanto, de explorar el conocimiento de diferentes maneras y de forma permanente. Capacidad que se alcanza, en el plano del aprendizaje y en el espacio del maestro, cuando se conocen suficientemente los límites de las disciplinas; a su vez, la flexibilidad de las disciplinas se alcanza cuando sus objetos de estudio se conocen y se estudian, haciendo aproximaciones al conocimiento científico desde todos los niveles educativos (aproximación al conocimiento por parte del maestro) y adecuando, a través de metodologías y estrategias de aprendizaje, los caminos que llevan a ese conocimiento (aproximación al conocimiento por parte del estudiante). La educación hoy comprende que en el siglo XXI la híper especialización no cabe.
Por todos es bien sabido que la sociedad contemporánea se enfrenta a una época de cambios constantes y rápidos, producto de la revolución provocada por la “invasión de las nuevas tecnologías”; definir esa revolución es difícil (lo decía Toffler) pues estamos viviendo dentro de ellas. En este ámbito, como maestros ¿estamos preparados para vivir en un contexto determinado por los multimedios, o en el mundo de la inteligencia artificial? ¿Estamos preparando a nuestros estudiantes para ser lectores plurales de ese mundo?
En el ambiente más cercano de las tarjetas de crédito y débito, los videojuegos, los programas computacionales, la robótica, entre otros, realizamos un movimiento pendular entre lo local y lo global; a un lado tenemos el transbordador espacial y en el otro, la búsqueda de la identidad individual. Ese movimiento de un extremo a otro se vuelve cotidiano, de tal forma que si queremos sobrevivir en esos micro mundos debemos enfrentarlos y comprenderlos porque dichos sistemas de computación expertos y redes de información satelital nos enfrentan a otra forma de vida y, por tanto, a otra forma de aprendizaje que por tradición aceptábamos o que por formación repetíamos.
Si reconocemos que las tecnologías de la información juegan un papel importante en el desarrollo de nuevas formas de pensar, de aproximación y construcción del conocimiento, tendremos claro qué tipo de educación deseamos impulsar: una que trascienda los límites de la escolaridad, que dure toda la vida y que se centre en el desarrollo del individuo en todo su potencial. Del aprendizaje dirigido por el maestro se pasa al aprendizaje auto dirigido; de la transmisión al diálogo; del algoritmo de la repetición a la heurística de la autogestión.
“La competencia con que nos enfrentamos es tecnológica. Las invenciones de hoy son los productos del mañana. Quien no se encuentre en el grupo de cabeza de la investigación científica y tecnológica tendrá, a la larga, grandes dificultades para aguantar el ritmo de la innovación” (Eglau, Lucha de gigantes). Un maestro que comprenda los avances tecnológicos y cambie su postura frente al aporte que éstos hacen al proceso de aprendizaje, potencia la capacidad en sus estudiantes, de ver el mundo más allá de las relaciones estáticas y lineales de causa y efecto, para contemplarlo como un proceso en marcha, dinámico que se auto sustenta y del que constituimos la pieza central.
Si la labor del maestro se traduce en entender con responsabilidad el acto de permitir ser, de permitir hacer uso de, de permitir cultura en... Estamos frente a maestros capaces de enseñar y asumir la posibilidad que tienen sus estudiantes de tomar conciencia de su ser y su quehacer como seres humanos. Este maestro guarda un secreto: es consciente de que en el espacio educativo no existen los maestros, porque se hacen discípulos de sus estudiantes; ha ganado conciencia también del sí mismo.
En su proyecto de vida el maestro permite que otros trasciendan, busca la filosofía de la aceptación, del re-encuentro consigo mismo, reconoce que somos materia y cuerpo en condiciones de ser perfectibles. Reconoce sus límites y busca el diálogo; se inclina ante su discípulo cuando reconoce que su saber ha trascendido el propio; respeta la diferencia y la hace en cada uno de sus estudiantes, sin agotar la identidad.
En su proyecto personal trabaja diariamente consigo mismo; busca crecer con otros a través de la comunicación profunda y progresiva y se abre al trabajo grupal; asume creativa, comprometida y desapegadamente la diversidad. En ese proyecto se hace consciente de que en cada momento, actitud que asume, hecho que concreta, está siendo un ejemplo, un modelo de formas posibles de relación, expresión y producción para quien observa, participa o se encuentra involucrado en su accionar, modela el comportamiento de sus estudiantes y por tanto el suyo.
¿Dónde nace ese proyecto personal? En su lugar de acción, en donde percibe y recibe situaciones que lo desequilibran permitiendo la re-construcción del mundo que lo altera. Así es como aprende a desear y en ese estado de recuperación de su sensibilidad, unida a su capacidad de pensar, se desarrolla como ser humano. 
Su proyecto de vida se inicia y está lleno de intencionalidad porque lo entiende, lo piensa y le encuentra sentido a lo que hace y ese sentido lo comparte con otros. Presupone en el futuro, se apropia del presente para descubrir sus posibilidades y las transfiere en el tiempo. Como proyecto es un encuentro constante entre la realidad (que es reinterpretada) y la imaginación (que matiza las formas de concebir el mundo); es un encuentro con lo incierto y es allí donde potencia su capacidad de conocer para disminuir la incertidumbre. El proyecto de vida del maestro adquiere sentido en la realización de sus estudiantes, en su capacidad de poder saber-hacer.
A través de la palabra argumentada del maestro se inicia el camino hacia el conocimiento, la reflexión, la deliberación y la participación en el campo del saber del otro. El estudiante no está frente a un maestro corriente, aquel que domina - de forma inmodesta- el conocimiento aniquilando la visión del mundo de quien lo escucha o lee. Está frente a un maestro que se expone al deseo de aprender de sus estudiantes, al cuestionamiento ávido de argumentos que apacigüen ese deseo; que cede y accede al dominio del saber que emerge por la vía de la dialéctica y de la retórica. Esta iniciación al diálogo da lugar al conocimiento. Comprometer al otro en la búsqueda permanente del conocimiento es responsabilidad del maestro y allí es donde estriba el verdadero poder de su palabra.
Este maestro transformado desarrolla y posibilita momentos de creación y de invención; ofrece caminos para que sean recorridos utilizando la intuición; plantea retos que se convierten con el tiempo en fuente de cuestionamientos que fertilizan el núcleo problema-solución. Tiende a la formación de individuos capaces de conducir sus decisiones hacia la autorrealización, sin olvidar que forman parte de una sociedad ávida de aportes que solucionen problemas asertivamente.
La búsqueda del conocimiento constituye una herramienta multiplicadora de nuevos conocimientos permeables a la transformación, apropiados de valores y desprovistos de verdades absolutas.
 * Directora Colegio Nuevo Gimnasio – Bogotá.  Mayo 15 2014

6 comentarios:

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  2. EL PODER DE SER MAESTRO.

    Que nuestro deseo de ser maestros de la vida, tenga en cuenta el ayer para estar más cerca del hoy, no se encuentre distante del presente y camine siempre al mismo paso de la actualidad.

    Compartamos el sueño de estar inmersos en los cambios del mundo, de dominar la actualidad, vivir de la alegría de formar seres capaces de evolucionar constantemente desde el saber – hacer, como seres activos, críticos y participantes. “La educación no acepta espectadores”, La educación desea maestros y estudiantes renovados, aquellos que no teman explorar el conocimiento de diferentes maneras y de forma permanente.

    Hay que reconocer la importancia de las tecnologías de la información, aliarnos a ellas como herramientas multiplicadoras de nuevos conocimientos, aquellos permeables a la transformación, realmente apropiados de valores y desprovistos de verdades absolutas. Aproximarnos al conocimiento a través de metodologías y estrategias formativas es trascender los límites de la escolaridad hacia el conocimiento auto dirigido; replantear la relación de las personas con la información y el conocimiento es promover en el individuo el valor y la importancia de desenvolverse en la sociedad haciendo uso de su potencial.

    “sumados a la parálisis ideológica, la crisis de la imaginación y la participación han generado un sistema que destruye los medios propios de la creatividad, provocando una sobredosis de información, acompañada de una ausencia del sentido de lo humano”
    Nuestra tarea como maestros es movernos al ritmo de la innovación, transformar espacios, avanzar en la tecnología, promover la participación, enfrentarnos a las competencias tecnológicas en compañía de esos hermosos seres que habitan en nuestra aula, porque las invenciones de hoy son los productos de la mañana, disfrutemos el presente, impulsando la educación para toda la vida.

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  3. Para ser maestro(a), debe ser siempre "hoy"

    Los Maestros y Maestras estamos llamados a la innovación, a la actualización de nuestro saber, de nuestro conocimiento, estamos llamados a estar a la vanguardia con la actualidad.

    ¿Qué sería de la formación de un estudiante si su Maestro vive en el hoy pero sus conocimientos son de los antepasados?
    ¿Qué sería de un estudiante cuyo Maestro no construye el conocimiento junto a él sino que lo impone?¿Qué tipo de sociedad estaremos construyendo entonces?
    Estar a la vanguardia con la actualidad significa entonces el hecho de que los Maestros y Maestras comprendan que el conocimiento y el saber se construyen, no se imponen, significa comprender que existen nuevas herramientas para construir ese conocimiento, significa leer, explorar, descubrir y poner en práctica nuevas formas de aprender junto con los estudiantes.

    Estar activos en la actualidad significa darle valor a las ideas de los estudiantes, comprender que el aprendizaje es constructivo, y que como ellos aprenden de sus Maestros, sus Maestros también lo hacen de sus estudiantes.

    Significa saber, que se debe generar en los estudiantes un pensamiento crítico e ideológico, dándoles la posibilidad de construir sus propias ideas acerca de la realidad y la sociedad que habitan, y que esas mismas ideas les permitan transformar y aportar positivamente a su entorno y el desarrollo de su contexto.

    Los y las Maestras necesitan entonces estar activos a los cambios sociales, enfrentarlos, adaptarse a ellos positivamente y llevarlos a sus encuentros de construcción de conocimiento.

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  4. El maestro de hoy
    Maestro que sueña, maestro que crea, maestro que logra transformar lo que enseña; maestro que piensa, puede problematizar maestro que con sus críticas logra cambios de verdad.
    No se trata de enseñar, enseñar por enseñar se trata de construir, resignificar y consolidar; partir de contextos y de la realidad, para luego enseñar a imaginar.
    Crear, aventurar y explorar son su prioridad, cuando se trata de formar.
    Educar en valores y principios éticos para obtener ciudadanos con criterio; íntegros y humanos para enfrentar el mundo que nos fue trazado desde la antigüedad.
    Maestro de hoy, maestro luchador, maestro soñador y trasformador, no olvides lo significativo que pudo y podrá ser tu aporte educativo, en un acto de construcción donde prima el respeto y lo equitativo.
    Mide tus palabras y calma tus sentidos cuando te sientas un poco reprimido o enfurecido.
    Recuerda que tu misión es educar con calidad y ser una persona ética profesional.

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  5. El maestro de hoy sabe que su papel ya no está simplificado en la etiqueta de “transmisor de conocimiento”.
    El maestro de hoy debe tener claro los valores y objetivos educacionales que están encaminados a formar sujetos que puedan interpretar teorías del mundo y cambiar aquellos aspectos distorsionados del mismo por medio de la autorreflexión, la creación de significados y la implementación de nuevas acciones.
    Hoy el maestro es un mediador y creador de ambientes de aprendizajes, posibilita a sus estudiantes oportunidades para el desarrollo de sus esquemas de pensamiento, ideas, competencias y habilidades. Hablando de los sujetos que están bajo su cuidado, el maestro tiene la gran tarea o llamándolo de mejor manera, tiene la gran misión de cultivar en la vida de cada sujeto, una semilla que le permita pensar, repensar y crear nuevas formas de actuar en pro al progreso personal y el cambio de diferentes realidades.

    Maestros “debemos asumir una postura activa, crítica y participante”, participantes de los cambios actuales, involucrándonos en aquellos aspectos nuevos que hoy se ofrece a nuestra razón de ser “los niños”, entre estos modernos elementos encontramos la tecnología. Aquella que puede beneficiar significativamente o destruir sin piedad.
    Maestros la tarea es Hoy.

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  6. Los docentes ejercemos nuestra vocación con pasión, esmero, perseverancia y alegría, cada día es una oportunidad para construir conocimientos que impacten y transformen la realidad de nuestros estudiantes, es necesario como personas nacidas en el siglo IX, formadas en el siglo XX Y formando personas del siglo XXI, tengamos en cuenta que las demandas y los perfiles de los docentes cambian y debemos estar actualizados e innovando constantemente nuestro que hacer pedagógico, la satisfacción de nuestra labor es la formación de personas productivas en el mañana, brindando todo de nuestro ser con el fin de lograrlo, a través de la reflexión diaria, de asumir los retos que se presentan, por que "En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da." Antonio Machado; esta solo es una pequeña parte de los deberes y el ser de un maestro de hoy.

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