El compromiso de guiar a otros a ser, implica dar cuenta del qué enseñar actitudinal, ser referente de persona. La acción docente se encamina al corazón antes que a la mente.
La labor orientadora del Maestro exige riqueza interior, fortaleza espiritual, serenidad, lo cual se logra a través de la reflexión continua, la meditación, el ejercicio de la fe.
Comunicar esperanza, conlleva poseerla, por tanto es indispensable que el maestro se alimente espiritualmente y dedique tiempo a reconocerse, purificarse.
Nadie da de lo no tiene y de la abundancia del corazón hablan los labios, he ahí, hay que ser, para con coherencia guiar a otros a la potenciación de sí, a la formación espiritual.
Por todo esto, es necesario apartarse, encontrarse a sí mismo, revisar las convicciones, sanarse y retroalimentarse, evitando que el corazón endurezca y el alma se enfríe, manteniéndonos humanos, sensibles y trascendentes.
Por eso, al llegar la Semana Santa, valoro que:
Por eso, al llegar la Semana Santa, valoro que:
Otra vez llegó
la especial bendición,
es tiempo propicio
para la reflexión.
Estos días sean plenos
de fe y devoción,
serenidad, oración,
de familia y reconciliación.
El alma se colme
de paz espiritual,
de renovado entusiasmo,
de amor y bondad.
Nora Liliana Vásquez Pérez
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