La acción pedagógica,
requiere quijotadas,
la magnitud de su
complejidad
refiere a inmensidad.
Y paradójicamente.
es lo humano lo que
la hace posible,
con toda su
vulnerabilidad,
con su poderosa
humildad.
Una lucha de David y
Goliat,
en el día a día,
es una ardua batalla,
la misión de formar.
Tensiones
permanentes,
fuerzas en contra,
pero nada resulta más
poderoso
que la voluntad.
De darse por otros,
intentar sin parar,
sobrellevando tensiones,
esquivando decepciones.
Esperanza y
resiliencia,
dedicación y
persistencia,
la pedagogía es campo
de valientes,
y satisfacciones renuentes.
Se trata de no
abatirse,
de conservar la pasión,
entender que el
proceso,
de mil emociones es
trayecto.
Nora Liliana Vásquez Pérez
Gracias profe con compartir tan linda reflexión... Realmente nuestra tarea será mantener la pasión. Un abrazo.
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