Pensando en la educación básica,
recuerdo la historia del bambú,
que tarda siete años en afianzar
sus raíces,
y así de buen crecimiento es artífice.
Julián de Zubiría, no se cansa de repetir
que en este ciclo importante
el aprendizaje debería orientarse
a pensar, comunicarse y convivir.[1]
Eliminar la saturación,
en lo esencial concentrarse
para que los niños tengan,
en su formación sólidas bases.
Pensar en este propósito,
requiere reorganización,
un currículo depurado
de lo superfluo librado.
A a años luz pareciera,
que estamos de este ideal,
porque la educación básica
deja mucho que desear.
Cualificarla es urgente,
centrarse en lo fundamental,
formar un sujeto reflexivo,
capaz de comunicarse y de vivir en comunidad.
Nora Liliana Vásquez Pérez
[1] Herrera, José Darío, Bayona Rodríguez Hernando. 21 voces. Universidad de los Andes. 2018. Alcaldía
de Medellín. Bogotá. 2018. Pág. 389
Hablar de educación es muy fácil para aquellos que nos dan lineamientos, estándares, normas y acuerdos por cumplir... Pero quizá olvidan lo esencial, que en cada salón de clases hay mil y un mundo diferente, personitas con necesidades de amor, de apoyo para sus sueños, más de lo invisible a los ojos, de eso que queda complicado evaluar en una prueba de Estado... Profe Nora Totalmente de acuerdo a tu poema, maravilloso tu pensar y si optamos todos por cambiar!!!!!
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