Tantas cosas que en la infancia,
marcan la diferencia,
que durante nuestra vida,
tienen gran trascendencia.
Es una etapa crucial,
para orientar y enseñar,
para preparar el equipaje,
que en la adultez será clave.
Es un tiempo que no vuelve,
para sembrar las semillas,
que en corazón y mente
han de germinar fuertes.
Edades fundamentales,
para afinar las raíces,
para nutrir el alma
y para dar directrices.
Hay que aestimularla,
consentirla y cuidarla.
Debemos protegerla,
con amor acompañarla.
Cuando se mire al adulto,
en el él estará la prueba,
de todas sus experiencias,
lo que de niño alberga.
A quienes con ella trabajamos,
nos convocan la coherencia,
la preparación, la consistencia,
la ética y la total entrega.
Aportamos en el presente,
para que el futuro brille,
formamos a los niños
para ser adultos felices.
Nora Liliana Vásquez Pérez
la infancia es la etapa mas linda que todos debemos de pasar, como es también la mas importante, desde allí se dan las bases para crear adultos felices y cocientes de la vida y para ella, todo este proceso se debe de dar con amor y comprenden, entendiendo que son seres con necesidades e intereses diferentes al adulto, necesitan jugar, saltar, correr, etc. muy linda reflexión.
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